
“El arcoiris del AMOR”
17 de Mayo de 2009. Domingo 6º de Pascua - Ciclo Anual “B”
Evangelio de San Juan 15, 9-17
Es larga la despedida de la Última Cena de Jesús. Como quien va a radicarse a un lejano país de difícil llegada e imposible regreso, la despedida está teñida de recuerdos pasados y de compromiso de fidelidades futuras, de sentimientos profundos y de revelaciones nunca contadas. Reunido con sus amigos salen las palabras del corazón y se expresan los sentimientos comunes y los escondidos. Como el Padre me amó yo los he amado. “Amor”. “Veinte veces”, y no es una expresión léxica de hiperabundancia o cansancio, “veinte veces” entre la segunda lectura de San Juan, su Evangelio y la antífona del aleluya, se nos reitera el sustantivo o el verbo amar. Tanto o más de lo que se utiliza en nuestra cultura en canciones, telenovelas, películas, libros.. y en la vida real. ¿Por qué tanta reiteración e insistencia de San Juan y sus escritos en este tema? ¿Tan importante lo considera?. La cultura griega y su idioma, en el que está escrito el Evangelio de Juan, tiene dos palabras para expresar el contenido y experiencia del amor. Eros: amor impulsivo, del deseo, de posesión, erótico. Y el otro término, que san Juan utiliza: ágape: amor de compartir, donación, querer bien, solidaridad, sensibilidad, preocupación por el otro. En ocasiones van juntos. Muchas veces se excluyen.
Lo que les mando es que se amen los unos a otros. Para algunas personas el amor no se puede mandar, sobre todo si lo pensamos en este significado erótico en el que es fundamentalmente impulso, deseo de posesión, tendencia, pulsión. Pero el mandato que Juan nos reporta no es una contradicción sino una voluntad comprometida de hacer efectivo el amor de ágape, capaz de compartir y solidarizar con el otro. (no en vano denominamos ágape: a una convivencia festiva, comida, encuentro; hasta a la Eucaristía). Y es que la palabra “AMOR” puede decirse, expresarse desde el corazón, en muchas situaciones, contextos, colores, matices, estancias, modalidades, sentidos,.. es un arcoiris de tonalidades que varía según la persona y contexto en que lo expresamos y según quién es el objeto o destinatario(a) de nuestro amor. Amor dice el niño a sus padres y expresa la confianza y seguridad de la filiación que es seguridad, certeza, confianza, dependencia total. Amor dice el padre, la madre, con su criatura en sus brazos, temblándole la voz y temiendo que algo le pase al indefenso hijo que duerme. Amor dice el joven o la joven, el esposo o la esposa, cuado descubre, a ese otro ser exclusivo, que irrumpe en su vida, que lo tensiona, acelera, lo llena de deseo, de esperanza y lo perturba. Amor dice el amigo que sabe que cuenta siempre conmigo, que no defrauda ni falla. Yo los llamo amigos porque les doy a conocer todo lo que oí de mi Padre. Amor que conoce y comparte secretos, que no tiene oscuridades, que no exige sino que da y está presente. Amor dice, el propio Dios: Ámense como yo los he amado. Amor que Dios en Cristo tiene a toda persona, como expresa un laico, Clemente de Alejandría, que llama a Dios Filántropo, amigo, el que ama, a las personas, a los humanos. Jesús lo reitera: Yo los he amado a ustedes. Dios es amor ( 1 Jn 4, 8). Amor que se hizo distintivo de la Comunidad de los disípalos de Jesús (Hech 2, 47) y cuyo ágape era el compartir de su vida entera. (Hech 4, 32-35). Y El apóstol insiste en el amor el hermano a quien se ve: ¿Si no amas al hermano a quien ve, cómo dices amara a Dios a quien no ves? Amor, que recordando el aniversario de la Encíclicas Sociales (15 de Mayo), es amor social, solidario, de justicia. Amor que en Jesús da la vida: No haya amor más grande que dar la vida por los amigos. Amor que es testimonio, martirio, por Dios. Amor que es Perdón. Amor que es perdón: de la madre, del amigo, de la pareja, del Padre Dios. El amor perdón da la posibilidad de volver a vivir. en Dios.
Amor a los enemigos: este supera todo sentimiento, hasta la justicia, y se hace misericordia, con el corazón grande de Dios: “perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden” Amor que supera el odio y vence a venganza. Amor que acepta a la persona tal como es , aunque espera que cambie y mejore.
Cuántas modalidades y matices para decir: AMOR. TE AMO. Por eso San Juan nos lo repite hoy tan instantemente, porque es como el aire, el alimento, el aliento de la vida de la persona. ¿Y sólo los cristianos aman? ¿Sólo nosotros amamos? No, por supuesto que no. Pero cuando amamos y somos conscientes de ello; cada vez que pronunciamos esta palabra, en hechos y dichos, le ponemos el color, de nuestra fe. El amor es un arcoiris que se pronuncia con todos los colores. Para el cristiano Dios, es el color, el matiz, el arcoiris, la totalidad en que decimos, y vivimos, en todos los lugares la palabra AMOR. Ámense los unos a los otros. Saludos en el amor del Señor.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
17 de Mayo de 2009. Domingo 6º de Pascua - Ciclo Anual “B”
Evangelio de San Juan 15, 9-17
Es larga la despedida de la Última Cena de Jesús. Como quien va a radicarse a un lejano país de difícil llegada e imposible regreso, la despedida está teñida de recuerdos pasados y de compromiso de fidelidades futuras, de sentimientos profundos y de revelaciones nunca contadas. Reunido con sus amigos salen las palabras del corazón y se expresan los sentimientos comunes y los escondidos. Como el Padre me amó yo los he amado. “Amor”. “Veinte veces”, y no es una expresión léxica de hiperabundancia o cansancio, “veinte veces” entre la segunda lectura de San Juan, su Evangelio y la antífona del aleluya, se nos reitera el sustantivo o el verbo amar. Tanto o más de lo que se utiliza en nuestra cultura en canciones, telenovelas, películas, libros.. y en la vida real. ¿Por qué tanta reiteración e insistencia de San Juan y sus escritos en este tema? ¿Tan importante lo considera?. La cultura griega y su idioma, en el que está escrito el Evangelio de Juan, tiene dos palabras para expresar el contenido y experiencia del amor. Eros: amor impulsivo, del deseo, de posesión, erótico. Y el otro término, que san Juan utiliza: ágape: amor de compartir, donación, querer bien, solidaridad, sensibilidad, preocupación por el otro. En ocasiones van juntos. Muchas veces se excluyen.
Lo que les mando es que se amen los unos a otros. Para algunas personas el amor no se puede mandar, sobre todo si lo pensamos en este significado erótico en el que es fundamentalmente impulso, deseo de posesión, tendencia, pulsión. Pero el mandato que Juan nos reporta no es una contradicción sino una voluntad comprometida de hacer efectivo el amor de ágape, capaz de compartir y solidarizar con el otro. (no en vano denominamos ágape: a una convivencia festiva, comida, encuentro; hasta a la Eucaristía). Y es que la palabra “AMOR” puede decirse, expresarse desde el corazón, en muchas situaciones, contextos, colores, matices, estancias, modalidades, sentidos,.. es un arcoiris de tonalidades que varía según la persona y contexto en que lo expresamos y según quién es el objeto o destinatario(a) de nuestro amor. Amor dice el niño a sus padres y expresa la confianza y seguridad de la filiación que es seguridad, certeza, confianza, dependencia total. Amor dice el padre, la madre, con su criatura en sus brazos, temblándole la voz y temiendo que algo le pase al indefenso hijo que duerme. Amor dice el joven o la joven, el esposo o la esposa, cuado descubre, a ese otro ser exclusivo, que irrumpe en su vida, que lo tensiona, acelera, lo llena de deseo, de esperanza y lo perturba. Amor dice el amigo que sabe que cuenta siempre conmigo, que no defrauda ni falla. Yo los llamo amigos porque les doy a conocer todo lo que oí de mi Padre. Amor que conoce y comparte secretos, que no tiene oscuridades, que no exige sino que da y está presente. Amor dice, el propio Dios: Ámense como yo los he amado. Amor que Dios en Cristo tiene a toda persona, como expresa un laico, Clemente de Alejandría, que llama a Dios Filántropo, amigo, el que ama, a las personas, a los humanos. Jesús lo reitera: Yo los he amado a ustedes. Dios es amor ( 1 Jn 4, 8). Amor que se hizo distintivo de la Comunidad de los disípalos de Jesús (Hech 2, 47) y cuyo ágape era el compartir de su vida entera. (Hech 4, 32-35). Y El apóstol insiste en el amor el hermano a quien se ve: ¿Si no amas al hermano a quien ve, cómo dices amara a Dios a quien no ves? Amor, que recordando el aniversario de la Encíclicas Sociales (15 de Mayo), es amor social, solidario, de justicia. Amor que en Jesús da la vida: No haya amor más grande que dar la vida por los amigos. Amor que es testimonio, martirio, por Dios. Amor que es Perdón. Amor que es perdón: de la madre, del amigo, de la pareja, del Padre Dios. El amor perdón da la posibilidad de volver a vivir. en Dios.
Amor a los enemigos: este supera todo sentimiento, hasta la justicia, y se hace misericordia, con el corazón grande de Dios: “perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden” Amor que supera el odio y vence a venganza. Amor que acepta a la persona tal como es , aunque espera que cambie y mejore.
Cuántas modalidades y matices para decir: AMOR. TE AMO. Por eso San Juan nos lo repite hoy tan instantemente, porque es como el aire, el alimento, el aliento de la vida de la persona. ¿Y sólo los cristianos aman? ¿Sólo nosotros amamos? No, por supuesto que no. Pero cuando amamos y somos conscientes de ello; cada vez que pronunciamos esta palabra, en hechos y dichos, le ponemos el color, de nuestra fe. El amor es un arcoiris que se pronuncia con todos los colores. Para el cristiano Dios, es el color, el matiz, el arcoiris, la totalidad en que decimos, y vivimos, en todos los lugares la palabra AMOR. Ámense los unos a los otros. Saludos en el amor del Señor.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.