Santiago, 18/09/2010
La ceremonia principal fue presidida en la Catedral de Santiago por el Arzobispo, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, y contó con la presencia del Jefe de Estado, Sebastián Piñera, y las más altas autoridades de la Nación. En la oportunidad, se selló un compromiso para hacer de Chile una tierra de hermanos, donde cada uno tenga pan, respeto y alegría, donde reine la justicia, la solidaridad y la esperanza.
En las homilías pronunciadas por los obispos a lo largo del país, se hizo memoria agradecida por los grandes valores del humanismo cristiano que han inspirado a nuestro país en su caminar de 200 años. Los dolorosos acontecimientos de este año, el terremoto y maremoto, la situación de los mineros atrapados en la mina San José y de los comuneros mapuche en huelga de hambre, fueron evocados en esta ocasión.
Los pastores también destacaron los grandes desafíos de la hora presente: la necesidad de trabajar juntos por una sociedad más equitativa e inclusiva, que promueve la vida y la dignidad de la persona humana, el valor de la familia, el respeto a las culturas de los pueblos originarios, y la construcción de una patria justa y solidaria, una "mesa para todos".
Fuente: Prensa CECh