Corpus
Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia
del Sacramento en la Eucaristía. En ella recordamos la institución de la
Eucaristía, que se llevó a cabo el Jueves Santo, durante la Última Cena
al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.
La
fiesta del Corpus nace en el siglo XIII como reacción a las herejías
que dudaban de los Sacramentos y de la presencia real de Cristo en la
Eucaristía.
La
introducción de la fiesta del Corpus Christi se debió principalmente a
los esfuerzos de una monja llamada Juliana de Mont Cornillon, en la
Diócesis de Lieja, en Bélgica, quien pidió al Obispo de esta ciudad,
Roberto de Torotte, instituyera la fiesta en honor del Cuerpo del Señor.
Lieja fue la primera ciudad en celebrar el Corpus, en el año 1246.
EL MILAGRO DE LA SAGRADA FORMA
Cuenta
la leyenda que un sacerdote llamado Pedro de Praga dudaba sobre el
misterio de la transmutación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
Peregrinó a Roma y apostándose ante la tumba del apóstol san Pedro pidió
para que este le aumentara su fe.
De
vuelta de Roma pasó en Bólsena y celebrando la Santa Misa en el momento
de su Alzamiento la Sagrada Forma comenzó a sudar sangre hasta quedar
el Corporal impregnado de ella. oído el acontecimiento por el Papa
Urbano IV, pidió que se le enviara el paño y una vez comprobado
instituyó la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor
Jesucristo (dicha reliquia se encuentra custodiada en la Catedral de
Orvieto). La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306; en Worms la
adoptaron en 1315; en Strasburg en 1316. En Inglaterra fue introducida
de Bélgica entre 1320 y 1325. En los Estados Unidos y en otros países
como el Perú, la solemnidad se celebra después del domingo de la
Santísima Trinidad.
El
Concilio de Trento declara que muy piados y religiosamente fue
introducida en la Iglesia de Dios la costumbre de que todos los años en
determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento
con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea
llevado en procesión por las calles y lugares públicos.
La
festividad fue confirmada por los Papas Clemente V y Juan XXII, siendo
este el que promulgase que una Sagrada Forma fuese paseada con los
mayores honores por las calles ofreciendo indulgencias a las personas
que en la procesión participaran.
Su consolidación transcurre a finales de la Edad Media y su fecha de celebración es el octavo jueves después del Jueves Santo.