Domingo
17º Ordinario - 27 de Julio 2014
“Valor
del Reino y los elegidos”
Estamos
buscando el Reino. Lo consideramos muy valioso. Tan valioso como para jugarse
la vida por el. Tan valioso como un tesoro. El Maestro fue quien nos hizo esa
comparación. El Reino de los Cielos se parece
a un tesoro escondido en un campo... Su valor es obvio y reconocible por todos. ¿Qué estás
dispuesto a dar por él? Un hombre lo encuentra.
Es preciso hacer una pausa, encontrarlo, valorarlo y decidirse. Vende todo lo
que tiene y compra el campo. Se la jugó. Decidió darle a su vida un nuevo
valor, un valor agregado, en otro sistema de contabilidades y valoraciones.
Y
seguimos en los negocios. Pero este negocio tiene que ver con los valores de las personas, no de la banca, ni de los capitales
monetarios. Este hombre hizo el negocio de su vida. El negocio que marcó su
existencia y significó un reinicio de sus planes. Fue a vender todos lo que tenía y la compró. Se la jugó y ganó porque
supo elegir. Es el Reino de los cielos.
Y nos
mandó echar la red para invitar a formar parte del Reino. REMEN MAR ADENTRO. Y el Reino se parece a
una red. Recoge todo lo que
hay en el gran mar de la historia. REMEN MAR ADENTRO y salgan a la
pesca. Salgan anunciar al reino. Nos
acordamos cuando con el Maestro estábamos
en la barca y en medio del temporal nos costaba llegar a la otra orilla, al lugar de la Misión.
Teníamos miedo y no sabíamos si llegaríamos. Pero su palabra era más fuerte y
con Él en nuestra barca volvió la confianza y echamos las redes. Pescamos de
todo. Escuchamos todas las respuestas y razones de los llamados. Cada uno tenía
su particular experiencia. Golpeamos la puerta d su casa. Nos abrieron la
puerta unos, miraron por la ventana otros y no escucharon nuestro paso, Algunos
fueron pescados por Cristo y otros desechados al momento de la cuenta final.
Recogen lo bueno en canastas y tiran lo
que no sirve. La opción está tomada. ¿Nos decidimos por el Reino y seguir al maestro? ¡Es el momento¡
¡El reino está disponible y su entrada abierta. El valor del reino debemos aquilatarlo para
elegirlo. Le elección esta en nuestras manos y es ahora el momento adecuado. Saludos
desde el calor del sol de España.
P. Esteban Merino G. sdb.