MINUTO DOMINICAL:
“Cristiano: hombre de dos mundos”
Domingo 18 de Octubre de 2008
Domingo 29º Durante el Año: Evangelio de San Mateo 22, 15-21
“Los fariseos se reunieron para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones..: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?” Esta pregunta es algo así como que pregunten al cura por quien va a votar el domingo próximo en las elecciones Municipales. Lo que respondas es un riesgo y la pregunta suena a trampa. Además se atreven a decirle: tú que eres sincero y enseñas con fidelidad el camino de Dios. Su respuesta es otra pregunta que los lleva a la realidad concreta y diaria: Muéstrenme las monedas con la que pagan el impuesto. En su caso, como en el nuestro, esas monedas representan y son acuñadas por la autoridad política que es quien gestiona la organización social y política del país, la economía y el uso del dinero, el cambio de dólares o la determinación del sueldo mínimo, (o “sueldo ético?), las horas de trabajo, … y Jesús, como tal lo considera: “den al César lo que es del César”. ¿Y Dios? ¿Tiene espacio entre los billetes de a mil o aquellos que llevan la imagen de Arturo Prat?
A Dios lo que es de Dios. La vida y la tarea del Maestro Jesús es hablar de Dios y de su Reino. Y el Reino, lo de Dios, lo viven los justos bienaventurados; los trabajadores de la viña y su justo salario; los pobres, los sedientos, los encarcelados, los que tienen hambre. Del Reino son los pobres del Magníficat a quien Dios libera; del Reino es partir el pan y comer con los más pobres, como hace Jesús; del Reino es el mandato del Amor y comer la fraternidad en la acción de gracias eucarística. De Dios y con Cristo hacemos la acción de gracias y ponemos la solidaridad en común. Es decir, de Dios y con Dios, es la vida, las relaciones humanas, la organización social y su justicia, la vida toda de cada cristiano y de cada persona.
Pero no estamos en el "Reyno de Chile", ni tenemos un César o emperador, que pueda considerarse dueño y señor, de las tierras, las personas, los pueblos y los campos; vivimos en una república, y la cosa pública, como dice su nombre, pertenece y es responsabilidad de toda persona, de todo ciudadano, de todo cristiano. Por eso, en esta cosa pública tenemos clara y directa responsabilidad todos los miembros de esta sociedad u organización. La autoridad, no se transmite, como en el caso de los reyes o emperadores por cuna, o por la fuerza, sino que es asumida por los ciudadanos a quines nosotros mismos determinamos por la elección, y como son nuestra determinación podemos exigirle unas opciones y valores coherentes con lo ofrecido, y unas actitudes de justicia y honestidad propias de quien administra lo público, lo nuestro, lo común. Al César lo que es del César. Y el césar no existe; pero sí, "una patria justa y buena" (Cardenal Silva) para que todos y cada uno en Chile pueda desarrollarse como persona, con dignidad, justicia y solidaridad. Por eso lo que se refiere al Cesar, al gobierno y a la justicia en Chile, es también, y en primer lugar tarea, compromiso y desafió de los discípulos de Jesús, de los cristianos.
Cristiano: hombre del tiempo y de la historia. Miembro de una sociedad y un pueblo: "no nos distinguimos de los demás hombres ni por la habla ni por las costumbres" (Discurso a Diogneto, año 125). Parte de la organización social y política y miembro comprometido del Reino de Dios, de lo de Dios. Y aquí y ahora, hombre de dos mundos en una sola historia. ¿Es responsable de su compromiso con la comunidad social y política de la que somos parte? ¿Aporta en esta historia a la construcción del Reino de Dios?
Gracias.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.