
“Cumbre Mundial”
23 de Noviembre de 2008: N. S. Jesucristo Rey del Universo
Domingo 34 del Año litúrgico: Evangelio de San Mateo 25, 31-46
Y vio Dios que era bueno… Y comenzó a enviar las invitaciones para la Gran Cumbre Mundial. Se celebrará en el futuro, aunque aún no tiene fecha determinada. El anfitrión, El Señor Jesús, cabeza del Reino de Dios, invitaría a jefes y jefas de gobierno, presidentes, reyes, mandatarios mundiales. Pero no sería una cumbre representativa si los privilegiados de Jesús estuvieran ausentes, si faltase uno de estos más pequeños de mis hermanos. Y llegaron invitaciones a países africanos, a selvas recónditas y pueblos originarios latinoamericanos, al gran continente asiático, a los desarrollados y ricos países europeos..; no quedó ninguna raza fuera de la gran asamblea. Será una gran cita cumbre. Algunos se extrañaron de haber sido invitados y que el Señor del Reino y de la Historia se haya acordado de ellos. Pero los presidentes y autoridades se sintieron identificados pues en sus pueblos y estados tienen ciudadanos que viven la realidad que se tratará en la cumbre: hambre y desnutrición; problema del agua y sed; gente de paso, desplazados por las guerras e inmigrantes; enfermos no siempre atendidos; presos que llenan las cárceles y aumentan cada día; gente que carece de ropa y lujo desenfrenado y tentador. Muchos de ellos han afirmado que participaran en al cumbre.
En esta etapa de la historia preparatoria de la Gran Cumbre, en las reuniones previas, en medio de la crisis económica mundial tanto virtual como de la economía real, se ha escuchado voces muy claras: tenemos sed en África y el mundo nos olvida; se producen menos alimentos, son más caros y moriremos de hambre; cada vez nos cuesta más pagar lo que necesitamos para vivir dignamente; no nos acogen muy bien cuando estamos de paso o trabajando como emigrantes, nos discriminan, no podemos traer a nuestras familias; hasta cuando estamos presos lejos de nuestros países quedamos abandonados, se abusa de nosotros porque no tenemos contrato de trabajo, y terminamos pasando hambre y durmiendo en calle. Mientras hay personas ahítas y llenas, nosotros sin agua y al lado otros se ahogan en abundancia; encarcelados mientras otros abusan de su libertad; enfermos rodeados de insolidarios sanos adoradores de su cuerpo; desnudos y pobres escandalizados por la desnudez ofensiva de ropa hiperlujosa. El informe es fuertemente crítico y contundente. Algunos sí, han notado, que el documento previo de la meta a llegar expresa que hay algunos que pueden quedar fuera, o ser sentados en un lugar lejano o condenados por sus actitudes: porque tuve hambre y no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de beber, estaba preso y no me visitaron, emigrante y no me acogieron, desnudo y no me vistieron, enfermo y no me visitaron, eso dice la carta de la Gran Cumbre Mundial.
En esta etapa de preparación, hay unos promotores de el Asamblea Mundial que están desarrollando una muy especial tarea, ir haciendo realidad la Carta de la Gran Cumbre, se han comprometido individualmente, y en pequeños grupos y comunidades, en parroquias y diócesis a ir haciendo realidad en su espacio cercano, socia y en sus ciudades, acciones y solidaridad para responder al hambre, a la sed, a la inmigración, a la enfermedad; con grupos solidarios; equipos de salud, vista y asistencia a los solos y enfermos; vista a los encarcelados; compartir los bienes entre ellos; casa para los ancianos y los que están solos. Su propuesta de palabra y de acción su Buena Nueva es ser levadura y sal (como el maestro dice por sus testigo Mateo 5,13-14) y quiere realizar, ya ahora, en preparación de la Gran Cumbre lo que ésta exige para ser parte de ella: tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estaba preso y me visitaron, estaba desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, emigrante y me acogieron, y además hay una cláusula clarificadora para todos los que quieran ser elegidos para la cumbre: LO QUE HICIERON CON UNO DE ESTOS MÁS PEQUEÑOS CONMIGO LOS HICIERON. Son los pequeños, los necesitados, los enfermos, quienes tienen que ser el criterio de juicio para las autoridades y para cada uno de los fieles en la preparación de este gran encuentro. ¿Es, usted, un promotor, promotora del Reino? ¿Su comunidad, su grupo, están ya realizando estas acciones y servicios el Reino que les permitirá ser de los seleccionados en la Gran Cumbre? ¡Benditos sean¡.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
23 de Noviembre de 2008: N. S. Jesucristo Rey del Universo
Domingo 34 del Año litúrgico: Evangelio de San Mateo 25, 31-46
Y vio Dios que era bueno… Y comenzó a enviar las invitaciones para la Gran Cumbre Mundial. Se celebrará en el futuro, aunque aún no tiene fecha determinada. El anfitrión, El Señor Jesús, cabeza del Reino de Dios, invitaría a jefes y jefas de gobierno, presidentes, reyes, mandatarios mundiales. Pero no sería una cumbre representativa si los privilegiados de Jesús estuvieran ausentes, si faltase uno de estos más pequeños de mis hermanos. Y llegaron invitaciones a países africanos, a selvas recónditas y pueblos originarios latinoamericanos, al gran continente asiático, a los desarrollados y ricos países europeos..; no quedó ninguna raza fuera de la gran asamblea. Será una gran cita cumbre. Algunos se extrañaron de haber sido invitados y que el Señor del Reino y de la Historia se haya acordado de ellos. Pero los presidentes y autoridades se sintieron identificados pues en sus pueblos y estados tienen ciudadanos que viven la realidad que se tratará en la cumbre: hambre y desnutrición; problema del agua y sed; gente de paso, desplazados por las guerras e inmigrantes; enfermos no siempre atendidos; presos que llenan las cárceles y aumentan cada día; gente que carece de ropa y lujo desenfrenado y tentador. Muchos de ellos han afirmado que participaran en al cumbre.
En esta etapa de la historia preparatoria de la Gran Cumbre, en las reuniones previas, en medio de la crisis económica mundial tanto virtual como de la economía real, se ha escuchado voces muy claras: tenemos sed en África y el mundo nos olvida; se producen menos alimentos, son más caros y moriremos de hambre; cada vez nos cuesta más pagar lo que necesitamos para vivir dignamente; no nos acogen muy bien cuando estamos de paso o trabajando como emigrantes, nos discriminan, no podemos traer a nuestras familias; hasta cuando estamos presos lejos de nuestros países quedamos abandonados, se abusa de nosotros porque no tenemos contrato de trabajo, y terminamos pasando hambre y durmiendo en calle. Mientras hay personas ahítas y llenas, nosotros sin agua y al lado otros se ahogan en abundancia; encarcelados mientras otros abusan de su libertad; enfermos rodeados de insolidarios sanos adoradores de su cuerpo; desnudos y pobres escandalizados por la desnudez ofensiva de ropa hiperlujosa. El informe es fuertemente crítico y contundente. Algunos sí, han notado, que el documento previo de la meta a llegar expresa que hay algunos que pueden quedar fuera, o ser sentados en un lugar lejano o condenados por sus actitudes: porque tuve hambre y no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de beber, estaba preso y no me visitaron, emigrante y no me acogieron, desnudo y no me vistieron, enfermo y no me visitaron, eso dice la carta de la Gran Cumbre Mundial.
En esta etapa de preparación, hay unos promotores de el Asamblea Mundial que están desarrollando una muy especial tarea, ir haciendo realidad la Carta de la Gran Cumbre, se han comprometido individualmente, y en pequeños grupos y comunidades, en parroquias y diócesis a ir haciendo realidad en su espacio cercano, socia y en sus ciudades, acciones y solidaridad para responder al hambre, a la sed, a la inmigración, a la enfermedad; con grupos solidarios; equipos de salud, vista y asistencia a los solos y enfermos; vista a los encarcelados; compartir los bienes entre ellos; casa para los ancianos y los que están solos. Su propuesta de palabra y de acción su Buena Nueva es ser levadura y sal (como el maestro dice por sus testigo Mateo 5,13-14) y quiere realizar, ya ahora, en preparación de la Gran Cumbre lo que ésta exige para ser parte de ella: tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estaba preso y me visitaron, estaba desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, emigrante y me acogieron, y además hay una cláusula clarificadora para todos los que quieran ser elegidos para la cumbre: LO QUE HICIERON CON UNO DE ESTOS MÁS PEQUEÑOS CONMIGO LOS HICIERON. Son los pequeños, los necesitados, los enfermos, quienes tienen que ser el criterio de juicio para las autoridades y para cada uno de los fieles en la preparación de este gran encuentro. ¿Es, usted, un promotor, promotora del Reino? ¿Su comunidad, su grupo, están ya realizando estas acciones y servicios el Reino que les permitirá ser de los seleccionados en la Gran Cumbre? ¡Benditos sean¡.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.