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28 dic 2008

MINUTO DOMINICAL


“Jesús: una historia con raíces”
28 de Diciembre de 2008: Ciclo Anual “B”
Fiesta de la Sagrada Familia: Evangelio de San Lucas 2, 22-40

El niño tiene poco más un mes. Y siguiendo su costumbre todo varón primogénito será consagrado al Señor, mientras se agradece a Dios por el don del hijo. Este regalo de Dios, que pide con insistencia Abraham y que asegurará su descendencia, es una verdadera bendición de Dios: yo te he constituido padre de una multitud de naciones (17, 5: primera lectura), y es signo de especial de su presencia cuando está ausente la fecundidad. En el templo, con el Niño, María y José renuevan su fe familiar en el Señor Dios. Es el primer acercamiento a la fe pública, celebrativa y comunitaria de Israel. Su Circuncisión o bautismo, podríamos decir, es parte de la vida familiar más que de la vida comunitaria, de la sinagoga, o del Templo (Lc 1, 59; 2,21). Abraham presenta a su hijo a Dios, presentó a Isaac a Dios como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, (Heb 11, 17); por la fe, y esta familia, Abraham y Sara, renuevan su fe en la esperanza del hijo que no tenían y ofrecen a Dios el hijo que ha llegado como alegría y sonrisa de Dios (Isaac: Dios sonríe). María y José presentan al Señor, y a la comunidad de Israel a su Hijo; El Dios con nosotros (Emmanuel), Dios que salva (Jesucristo). E Israel, representado en el justo Simeón y en la profetisa Ana, lo recibe como el Ungido, el Mesías del Señor,.. luz de la naciones, gloria de Israel. Reseñando que toda persona habrá de definirse ante Él, y será signo de contradicción. Ana da gracias a Dios y habla del niño a todos quienes encontraba.

El niño tiene poco más un mes. Hoy se bautiza. Sus padres y padrinos lo presentan al Señor, a la Iglesia, al Templo. La niña preadolescente tiene 11 años, el pasado 8 de diciembre ha iniciado su participación en la Comunión después de prepararse para esta Vida Eucarística. Con ellos están sus familias, sus padres. María y José, en su cultura e historia concreta, son los iniciadores, formadores y socializadores de la fe de Jesús. Ellos realizan el primer signo de fe: la circuncisión, el Bautismo, para nosotros; lo acompañan con 12 años a la casa del Señor (Lc 2, 41), como los papás, hoy los acompañan en el camino de Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística; y María y José siguen, en la casa, realizando su tarea de seguimiento y educación: vivía sujeto a ellos… Jesús iba creciendo y se fortalecía, y maduraba en este camino como persona y como creyente.

Hasta que luego, adulto en la fe, la confirmación, los otros sacramentos, inicia su misión y la tarea de su vida; Jesús, al comenzar, tenía unos treinta años, y según se creía era hijo de Jose´.. (Lc 3, 23), es decir, lo acompañaron hasta su madurez humana y creyente.
La familia de los creyentes, nuestras familias, siguen teniendo las mismas tareas. Agradecer y alabar a Dios por la bendición de los hijos; vivir con fe y esperanza cuando la infecundidad la entristece y apesadumbra; ser los iniciadores, formadores y socializadores, de la fe de sus hijos. Junto con todo lo que aportan a sus hijos: el don de la vida, cuidado de su salud, preocupación por su formación intelectual, compromiso por su seguridad y cuidado, .. no dejen de lado, no descuiden, ni menos olviden esta tarea de acercarlos, formarlos y participar con ellos en su crecimiento en la fe. Lo que vean en ustedes, lo que aprendan en ustedes, jamás, jamás, lo olvidaran; quedará en su corazón como tesoro de vida y pozo del que podrán sacar toda su vida el agua de la fe. Felicidades familia. Dios los bendiga.

P. Esteban Merino Gómez, sdb.