
“Pan para todos”
26 de Julio de 2009. Domingo 17º del Tiempo Ordinario - Ciclo Anual “B”
Evangelio de San Jun 6, 1-15
Nos sentamos a la mesa y no teníamos pan. Inmediatamente se escucho: ¡Hay que ir a comprar pan¡ ¡Tienes plata¡. Todos esperamos. ¡No hay mesa, no hay comida, no hay compartir, si no hay pan¡ “Al levantar los ojos, Jesús vio a una gran muchedumbre que acudía a Él y dijo a Felipe: ‘¿Dónde comparemos pan para darles de comer?’”. La dueña de casa reunió unas monedas y mandó a su hija a la tienda a comprar pan. Teníamos la solución en nuestras manos. Felipe está en el campo con Jesús y los otros discípulos. Se da cuenta de la preocupación de Jesús y de lo que le está pidiendo. Piensa en voz alta: “Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan”. ¡Doscientos denarios¡ ¡Doscientos días trabajo¡ ¡Es imposible lo que Jesús está pensando y pidiendo¡
En la lectura continuada dominical del Ciclo “B” Marcos nos presenta la Multiplicación de los Panes y los Peces. Éste es precisamente este tema el que se nos propone durante varios Domingos, pero del Evangelio de San Juan. La Multiplicación es un relato curioso. Todos los evangelistas nos lo cuentan. Algunos dos veces: Marcos 6, 35-44 y 8, 1-9; también Mateo lo repite: 14, 15-21 y 15, 32-39; Lucas no lo olvida: 9, 12-17 y San Juan es el que hoy día proclamamos. Los relatos se parecen mucho. Queda la pregunta de si se trata de dos multiplicaciones o de una misma contada dos veces con pequeñas variantes sobre el lugar: desierto, con hierva, cerca del lago; el número de panes que tenía el niño: 5 ó 7; el número de canastas que sobran y se recogen: 7 ó 12; sentarse en grupo de 100 ó de 50, o simplemente en grupos… . Las Comunidades Cristianas tenían una gran estima de este gesto de Jesús, pues en lugares y contextos tan diversos todos los cronistas de Jesús nos lo relatan, motivados sin duda, por el interés de sus comunidades y el valor que le daban a este signo de Jesús: “Al ver el signo que acababa de hacer, la gente decía: ‘Este es el profeta que debía de venir’ ”. Este signo marcará la vida de las Comunidades: Compartir el Pan Solidario; Compartir la Eucaristía; Bendecir-Dar Gracias (Eucharistesas - Jn 6, 11) por el Pan de Vida, se convierte en el eje de vida, del Día del Señor; del “día”, de “su” día en la semana.
¡No tenemos pan¡ La expresión de una persona o de muchas siempre es interrogante y hasta angustiante. El pan significa mucho. Su carencia o falta nos parece injusta. Dar un pan es dar nada, pero es dar mucho por la necesidad de quien lo recibe. El pan es una comida, un techo, un libro, una herramienta, una cultura, una seguridad, unos medios de vida, unas necesidades humanas dignamente satisfechas. El pan es todo lo indispensable humano. San Mateo en el Padrenuestro lo llama (6, 11): “lo necesario para la subsistencia”, “lo del mañana”, “lo indispensable” (epiousion-supersubstancialem: Traducción Biblia de Jerusalén). Pan más que material: sentido, aliento del espíritu; Pan persona: que San Juan lo identifica con el mismo Cristo y la Comunidad lo parte y comparte como su alimento y razón de ser.
¡Vete a comprar pan¡ ¿Por que le falta a la gente si la tienda está llena? ¿Qué pan es el que les falta? Parece que el pan que se compra no sacia del todo. “Quedaron todos satisfechos”. El pan, al final, para tranquilidad de Felipe, no tuvieron que comprarlo. Fue gratuito por un doble regalo: “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados”. Y con tan poco se hizo tanto. Es que solo se multiplica el pan gratuito, el pan que se regala. El pan que se compra se achica y empequeñece; el pan que se da fermenta, crece y se multiplica hasta el infinito. El regalo del niño se hizo milagro. El segundo regalo son las manos de Jesús: “Jesús tomo los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados”. Jesús bendiciendo y eujaristizando ese pan para que sea Pan para todos, pan partido, compartido, distribuido y recogido. Para que a nadie le falta. Para que todos lo tengan. Pan regalado, como la ofrenda del niño que lo regala a la muchedumbre, como Jesús lo parte y regala en su persona sentados a la mesa de la Última Cena.
¡Pan para todos¡ ¡Solidaridad con los bienes de la Creación para todos¡ ¡Eucaristía para todos¡ ¡Cristo, Pan de la Palabra y Pan de la Eucaristía para todos¡ Lleve a su Eucaristía de este Domingo 5 panes: lleve su solidaridad¡. Así habrá milagro y eucaristía y se partirá el pan para todos, compartido en la solidaridad y partido de Cristo para la comunidad. Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
26 de Julio de 2009. Domingo 17º del Tiempo Ordinario - Ciclo Anual “B”
Evangelio de San Jun 6, 1-15
Nos sentamos a la mesa y no teníamos pan. Inmediatamente se escucho: ¡Hay que ir a comprar pan¡ ¡Tienes plata¡. Todos esperamos. ¡No hay mesa, no hay comida, no hay compartir, si no hay pan¡ “Al levantar los ojos, Jesús vio a una gran muchedumbre que acudía a Él y dijo a Felipe: ‘¿Dónde comparemos pan para darles de comer?’”. La dueña de casa reunió unas monedas y mandó a su hija a la tienda a comprar pan. Teníamos la solución en nuestras manos. Felipe está en el campo con Jesús y los otros discípulos. Se da cuenta de la preocupación de Jesús y de lo que le está pidiendo. Piensa en voz alta: “Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan”. ¡Doscientos denarios¡ ¡Doscientos días trabajo¡ ¡Es imposible lo que Jesús está pensando y pidiendo¡
En la lectura continuada dominical del Ciclo “B” Marcos nos presenta la Multiplicación de los Panes y los Peces. Éste es precisamente este tema el que se nos propone durante varios Domingos, pero del Evangelio de San Juan. La Multiplicación es un relato curioso. Todos los evangelistas nos lo cuentan. Algunos dos veces: Marcos 6, 35-44 y 8, 1-9; también Mateo lo repite: 14, 15-21 y 15, 32-39; Lucas no lo olvida: 9, 12-17 y San Juan es el que hoy día proclamamos. Los relatos se parecen mucho. Queda la pregunta de si se trata de dos multiplicaciones o de una misma contada dos veces con pequeñas variantes sobre el lugar: desierto, con hierva, cerca del lago; el número de panes que tenía el niño: 5 ó 7; el número de canastas que sobran y se recogen: 7 ó 12; sentarse en grupo de 100 ó de 50, o simplemente en grupos… . Las Comunidades Cristianas tenían una gran estima de este gesto de Jesús, pues en lugares y contextos tan diversos todos los cronistas de Jesús nos lo relatan, motivados sin duda, por el interés de sus comunidades y el valor que le daban a este signo de Jesús: “Al ver el signo que acababa de hacer, la gente decía: ‘Este es el profeta que debía de venir’ ”. Este signo marcará la vida de las Comunidades: Compartir el Pan Solidario; Compartir la Eucaristía; Bendecir-Dar Gracias (Eucharistesas - Jn 6, 11) por el Pan de Vida, se convierte en el eje de vida, del Día del Señor; del “día”, de “su” día en la semana.
¡No tenemos pan¡ La expresión de una persona o de muchas siempre es interrogante y hasta angustiante. El pan significa mucho. Su carencia o falta nos parece injusta. Dar un pan es dar nada, pero es dar mucho por la necesidad de quien lo recibe. El pan es una comida, un techo, un libro, una herramienta, una cultura, una seguridad, unos medios de vida, unas necesidades humanas dignamente satisfechas. El pan es todo lo indispensable humano. San Mateo en el Padrenuestro lo llama (6, 11): “lo necesario para la subsistencia”, “lo del mañana”, “lo indispensable” (epiousion-supersubstancialem: Traducción Biblia de Jerusalén). Pan más que material: sentido, aliento del espíritu; Pan persona: que San Juan lo identifica con el mismo Cristo y la Comunidad lo parte y comparte como su alimento y razón de ser.
¡Vete a comprar pan¡ ¿Por que le falta a la gente si la tienda está llena? ¿Qué pan es el que les falta? Parece que el pan que se compra no sacia del todo. “Quedaron todos satisfechos”. El pan, al final, para tranquilidad de Felipe, no tuvieron que comprarlo. Fue gratuito por un doble regalo: “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados”. Y con tan poco se hizo tanto. Es que solo se multiplica el pan gratuito, el pan que se regala. El pan que se compra se achica y empequeñece; el pan que se da fermenta, crece y se multiplica hasta el infinito. El regalo del niño se hizo milagro. El segundo regalo son las manos de Jesús: “Jesús tomo los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados”. Jesús bendiciendo y eujaristizando ese pan para que sea Pan para todos, pan partido, compartido, distribuido y recogido. Para que a nadie le falta. Para que todos lo tengan. Pan regalado, como la ofrenda del niño que lo regala a la muchedumbre, como Jesús lo parte y regala en su persona sentados a la mesa de la Última Cena.
¡Pan para todos¡ ¡Solidaridad con los bienes de la Creación para todos¡ ¡Eucaristía para todos¡ ¡Cristo, Pan de la Palabra y Pan de la Eucaristía para todos¡ Lleve a su Eucaristía de este Domingo 5 panes: lleve su solidaridad¡. Así habrá milagro y eucaristía y se partirá el pan para todos, compartido en la solidaridad y partido de Cristo para la comunidad. Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.