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28 mar 2015

MINUTO DOMINICAL
“¡Marchar con Jesús¡”

29 de Marzo de 2015. Domingo de Ramos. Ciclo “C” - Evangelio de San Marcos  11, 1-10
Se acercan los días de la Pascua. El Maestro hace un signo delante de todo el Pueblo que todos entienden pues hace referencia a un anuncio profético referido al Mesías esperado: Alégrate mucho, ciudad de Sión!  ¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén!  Tu rey viene a ti, justo y victorioso,  pero humilde, montado en un asno, en un burrito, cría de una asna. Él destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén  y los arcos de guerra.  Anunciará paz a las naciones  y gobernará de mar a mar,  del Éufrates al último rincón del mundo. (Zac 9, 9-10) Y el Maestro es consciente de ello. Todos en la calle lo entienden así. Se está presentando como el Mesías esperado. Dios ha llegado a su pueblo. La muchedumbre se exalta. La marcha se sale de sus cauces y lo aclaman: ¡Hosanna¡ ¡Bendito sea el Reino que ya viene en nombre del Señor¡¡Bendito sea el Reino de nuestro padre David¡¡Hosanna en las alturas¡ La marcha se ha entusiasmado. Todos gritan. Al estar juntos sus voces y su espíritu se enardece. El Maestro va en silencio; no dice nada.

Muchos marchan y gritan. Algunos son más conscientes de lo que están viviendo. Otros son llevados por la masa y el entusiasmo y la valentía ocasional. Marchan con el Maestro aunque apenas lo conocen. Días atrás han marchado por la vida, por los derechos laborales, por lograr que se promulguen ciertas leyes, por los derechos de los estudiantes, a favor o en contra de un pastor, a favor de… y siempre gritan, lanzan slogans, piden, solicitan derechos, critican en sus gritos actitudes o acciones de los poderosos,… Y aquí están gritando y marchando con el Maestro.
El espíritu de la marcha con el Maestro se clarificó tres días después. El Maestro es detenido y juzgado como blasfemo y amigo de los romanos, dominadores y extranjeros. Pocos recuerdan en ese momento su mensaje, sus milagros, su oposición al césar y sus críticas a los fariseos, saduceos y jefes religiosos de Israel. Y tres días después es ajusticiado con el tormento de los esclavos y colgado en una cruz. La marcha de Jesús ya no está en la tarde del jueves ni el día viernes en su ejecución. Sí hubo también una manifestación ante el Procurador romano Pilatos, pero fue para pedir que crucificaran del Maestro galileo, a nuestro Maestro, y que dejaran en libertad a un preso llamado Barrabás. La marcha con Jesús había sido un burdo griterío que mostraba su desconocimiento del Maestro, de su mensaje y hasta del mismo signo que ese día Él pretendió realizar: El Mesías de Dios que llega. Y la multitud marchó con el Maestro sin saber lo que el Maestro les estaba diciendo y sin entender lo que gritaban.
Marchar con el Maestro no es sencillo. No se trata de gritar. Tal vez alguna vez exija salir a las calles y manifestar nuestra presencia. Pero, casi siempre, marchar con el Maestro, es una marcha silenciosa, diaria, sencilla, empeñada en la espiritualidad de lo cotidiano. Marcha sin gritos. Marcha con alegrías y tristezas. Marcha con un canto de perdón por nuestra infidelidad y con la sencilla alegría de quien se esfuerza por seguirlo. La Marcha con Jesús es el Seguimiento, es el Discipulado. Entre nosotros mismos, entre los 12 apóstoles, todos dejamos la marcha unos días después y desaparecimos. Sólo Juan, el Evangelista estaba con la Madre del Maestro al lado de la Cruz. Ese día no estábamos ahí. Habíamos desparecido. Y nos acordamos entonces de la bulliciosa marcha del Domingo de Ramos. ¡Que desagradecidos somos¡ El día de la condena dejamos al Maestro solo aunque gritamos con Él dos días antes. ¡Somos: católicos “a mi manera”¡
Semana Grande. Semana Santa. Tiempo propicio para revisar cómo sigo al Maestro. Con gritos y manifestaciones externas ruidosas o con un seguimiento de discípulo, sencillo, confiado, fiel, en el camino de cada día. Esta semana, Semana Santa, es el tiempo de  reflexionar, profundizar y replantearme, cómo estoy siguiendo al Maestro, a mi Maestro. ¡Tengan una buena Semana Santa 2015¡. Saludos.
 
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
 

P. Esteban Merino Gómez, sdb.