MINUTO
DOMINICAL
“¡SEGUIR EN EL CAMINO¡”
19 de Abril
de 2015. Tercer Domingo de Pascua. Cuasimodo. Ciclo “B” Evangelio
de San Lucas 24, 35-48
Retornamos para encontrarnos con la comunidad. Volvimos a nuestra
comunidad. Habíamos caminado con el Maestro sin conocerlo y cuando partió el
pan nos sorprendió y se reveló quien era. Compartimos con el resto de la
comunidad lo que habíamos vivido. Era hora seguir en lo cotidiano en el camino
de nuestra vida. Estábamos juntos de nuevo después de los días tristes en los
que el Maestro había sido detenido, juzgado y crucificado. Poco a poco, cada
uno contaba su experiencia y entre todos nos fortalecíamos y nos animábamos a
seguir en el camino.
Estábamos conversando cuando, nos cuenta Lucas: Mientras hablaban de esas cosas, se
presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con
ustedes". … Soy yo en persona. Aunque hablábamos mucho de Él siempre
nos asombraba y hacía dudar su presencia.
La alegría, la admiración, la sorpresa, y la fe, aún escasa, se entremezclaban
en un sentimiento confuso y una actitud no muy clara: es el Maestro, es nuestro
Maestro, pero ¿Quién es ahora?, ¿Qué es? ¿Cómo es esta nueva realidad que
vive?. Y hablar de fe en Él era un poco prematuro, sólo después maduraríamos y
testimoniaríamos y escribiríamos sobre lo vivido.
Nos hizo
una catequesis con biblia en mano, citada de memoria por supuesto, y
complementando lo que nos había hablado en el camino de Jerusalén a Emaús: Después les dijo:
"Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba
con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley
de Moisés, en los profetas y en los salmos". Lo escuchábamos en
silencio y rumiábamos sus palabras que en el corazón iban realizando una
transformación en nosotros y convenciéndonos, por contacto y cercanía con Él,
de sus resurrección y de la nueva vida que nos proponía.
Y fuimos
aprendiendo un poco: Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran
las Escrituras y reviviendo los acontecimientos vividos fue naciendo
la fe. La seguridad de su cercanía cotidiana en nuestras vidas, de que nos
acompañaba en todo momento, de que era uno con nosotros y nosotros, poco a poco,
nos íbamos haciendo uno con Él. En una palabra estaba naciendo una nueva
relación de cada uno, de cada una, con el Maestro y una confianza nueva en Él. Estaba
naciendo en nosotros la fe.
Y
seguimos, Desde entonces cambiamos hasta
profesión y dedicamos nuestra vida a compartir, escribir y comunicar lo
que era esta vida nueva, este nuevo camino. Así lo llamamos al principio:
seguir el camino. Hasta que en Antioquía comenzamos a llamarnos: Cristianos, como
señuelo y recuerdo del Señor, del Ungido, de Cristo, que vive en nosotros. Y
seguimos su mandato que en su nombre se había de
predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de
volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Y como testigos,
discípulos misioneros, seguimos en el camino hablando de lo que hemos vivido.
¿Usted está en el camino?. Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.