MINUTO DOMINICAL
“Conectados con la vid o desconectados y muertos”
03 de Mayo
de 2015 - 5º Domingo de Pascua - Ciclo “B” - Evangelio de San Juan 15, 1-8
La despedida que San Juan coloca en la celebración de la Última Cena es
un largo discurso que expresa una gran cercanía del Maestro con los Discípulos
y, al estilo del banquete del mundo griego, conversan profusamente y discurren
los maestros y sus seguidores sobre sus enseñanzas. El diálogo de este domingo
parte con una tesis del Maestro: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. La
imagen de la viña es prototípica del Pueblo de Israel, de la asamblea de los
creyentes. Dios siempre es el Viñador. La novedad del Maestro es llamarse a sí
mismo la vid
verdadera y dejar al Padre la tarea del dueño de la viña y la labor
del viñador. Pero el ejemplo, en el caso de esta comparación involucra a los
creyentes, a los fieles, a los discípulos, al pueblo, a asamblea: Todo sarmiento que en mí no da
fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
La
posibilidad de dar fruto está relacionada con la unidad a la fuente de vida, de
fuerza, de savia vitalizadora: Permanezcan en mí, como yo en ustedes. Lo mismo que el sarmiento no
puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco ustedes si
no permanecen en mí. Permanecer es la clave de la posibilidad de
fructificar. El paralelo motivador es la misma vida del Maestro, de Jesús y su
unidad con el Padre.
Permanezcan en mí. La
cercanía, la unidad, la comunicación, comunión, la sintonía, la comunicación de
la savia, de la palabra, del sentir, del pensar y discernir del Maestro, es la
clave de esta permanencia. Vivida la pascua; habiendo compartido y constatado
su presencia como resucitado, el discípulo
inicia una nueva forma de cercanía después de la resurrección: Si permanecen en mí
y mis palabras permanecen en ustedes… darán mucho fruto. La clave de
la vida cristiana de todo discípulo de Jesús es la cercanía con Él, la comunicación
y el contacto vital con el Maestro. No hay creyente sin COMUNICACIÓN CON EL MAESTRO.
Comunicación de quien escucha; comunicación de quien le habla; comunicación de
quien se identifica con su propuesta y con su mensaje comunicación con su Pan
de Vida en la Eucaristía, comunicación con su estrilo de vida en la vida de
pareja, en la familia, en la sociedad, en la comunidad, en el trabajo.
Comunicación en la defensa de la vida, en el pensar, en el sentir, en el
discernimiento de opciones, opiniones y valores. Conectados con la vid, con el
Maestro, es lo que da sentido y perspectiva al cristiano en nuestro mundo. De
olvidar ésto estaremos desconectados y cortados de la vid, sin la
fuente de savia y sin la perspectiva de juicio cristiano para dar fruto. Sin
ello seremos podados, cortados, apartados y sin una verdadera vida creyente.
No
puede haber vida de fe, vida de discípulo, sin la comunicación, el contacto,
con el Maestro. ¿CÓMO
ME CONECTO A ÉL EN MI VIDA? Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb