Estamos en Jerusalén donde hemos llegado con el Maestro y nos acercamos al Templo y podemos ver las actitudes religiosas de todos los que entran en él: escribas, fariseos, gente humilde y sencilla, … y al ver a la gente el Maestro nos invito a revisar nuestras actitudes con dos ejemplos vivos: Cuídense de esos maestros de la Ley… … esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Una fe autosuficiente, unas actitudes de superioridad, exigencia de respeto y dignidad, abuso de los demás e injusticia en el trato: son los escribas perfectos conocedores de la ley. Por el otro lado se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor en el tesoro del templo.
El pasado día viernes esta señora vino a mi parroquia. Estaba acompañada por su sobrina nieta. No era capaz de mantenerse de pie ni caminar sin la ayuda de otra persona. Mareos frecuentes con la pérdida de conciencia le producen caídas violentas que le han causado la rotura de sus dos hombros. Viene a pedir la bendición del Señor para sanar, para superar sus dificultades. Al terminar la bendición hace la señal de la cruz con su mano izquierda, lo que me sorprende en una persona de su edad (83 años). Ahí me di cuenta que la causa es que su hombro derecho que está dañado y no puede doblar su brazo hasta levar su mano derecha a la frente y hacer la señal de la cruz. Inmediatamente me acordé de la lectura de este domingo. Quiere la bendición del Señor para sanar e insiste que el Señor la va a sanar.
Cuando se despide pregunta cuándo debe pagar. Al responderle que no debe nada, que haga una ofrenda cuando vaya la comunidad insiste que debe aportar algo pues el Señor le ha dado su bendición. Y entrega 1.000 pesos (Chile) con lo que se va alegre y satisfecha. Su humildad y sencillez se hace un reflejo de la viuda del evangelio que hoy Marcos nos relata. Ella lo dio todo. Esta pobre señora ha puesto su seguridad en su fe y todo lo que tiene es El Señor, el Maestro, para que la acompañe en su dificultad y en sus dolencias y le agradece con todo lo que tiene en su humildad haciendo su aporte porque el Señor siempre la cuida y la bendice. Ayer y hoy la fe se hace más profunda en la humildad y la pobreza.
.. Se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Jesús entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos." Su fe humilde y profunda es una alabanza al Señor. "Cuídense de esos maestros de la Ley a quienes les gusta pasear con sus amplias vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar asientos reservados en las sinagogas y en los banquetes; incluso devoran los bienes de las viudas, mientras se amparan detrás de largas oraciones. ¡Con qué severidad serán juzgados!". Su injusticia y soberbia es rechazada por el Maestro. No hay fe en sus actitudes sino una adoración de sí mismos.
¿Cuáles son nuestras actitudes ante el Señor? Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.