
29 de Noviembre de 2015 –Primer Domingo de Adviento - Ciclo Dominical “C” – Evangelio de San Lucas 21, 25-28.34-36
Estamos comenzando en un nuevo año Litúrgico y se abre un nuevo tiempo en la espera de la venida del Señor: el Adviento. Venida que esperamos al final de los tiempos y que celebramos en la Navidad, en su Encarnación entre nosotros.
Y saltan las palabras del evangelio de este domingo como escritas ayer, o hace dos semanas: Vean las Señales. Abran los ojos y miren lo que estamos viviendo, que nos impacta, inquieta y cuestiona. Señales que no están lejanas en el cielo sino que están en el suelo, tangibles, observables y cuestionadoras. La humanidad se mira y se pregunta: violencia, hasta en nombre de la fe; enfrentamientos verbales, de ideas, de visiones del mundo; llamadas para prepararse a la guerra, para defenderse, dicen unos, para responder al ataque dicen, otros y responder con las armas. Abran los ojos y miren con valentía el papa Francisco vista y comparte la Buena Nueva en África, continente olvidado y postergado en muchos ámbitos. Abran los ojos y miren países divididos, personas asesinadas, sociedades que se encuentran fuertemente enfrentadas donde no parece existir el otro como persona sino como enemigo. Abran los ojos y miren tanta gente sensibilizada frente a la violencia pero con el compromiso de hacer fuerza con nuevas actitudes de paz, y de encuentro.Abran los ojos y miren tantas personas, tantas comunidades, tantas Iglesias, encendiendo la primera vela de la esperanza de Adviento, porque el Señor es Luz y viene; tantas personas de buena voluntad que quieren alumbrar caminos y aportar con su luz.
No tengan miedo. Porque quien viene y quien está en la historia es el Hijo del Hombre por eso tengan ánimo, y levanten la cabeza porque está por llegarles la liberación. Sean ustedes mismos partícipes y colaboradores de esta liberación. Háganse parte para romper esas cadenas, superar los miedos y ver la realidad y la historia con nueva esperanza. Vean las Señales: no se dejen aturdir por los excesos, por la violencia, por la embriaguez, las preocupaciones de la vida, sino juzga, discierne, valora, la realidad y los tiempos que vivimos por que el Señor que Viene, y hazte protagonista de tu liberación. El Maestro hace una llamada de atención en este tiempo: estén prevenidos, no para refugiarse en el temor, la angustia, el odio o la violencia, sino para aguzar la mirada y la mente y ser más conscientes del tiempo que nos toca vivir y construir. Mi tiempo como discípulo misionero, mi tiempo en esta realidad, construyendo la historia mientras miro el futuro en la perspectiva del que Viene. ¡Levanta la cabeza¡ Despierta y vive este tiempo porque el Dios de la Vida está pasando.
Por eso es que necesitamos el Adviento y con la Primera vela que hoy encendemos decir, con todos los creyentes del mundo les invito orar:
Encendemos, Señor, esta luz como aquel que enciende su lámpara
para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque Tú nos traes la luz más clara, y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús¡. ¡Ven pronto Señor. ¡
Buen camino de Adviento. Saludos.

