“La alegría de la fe”
13 de Diciembre de 2015 –Tercer Domingo de Adviento - Ciclo Dominical “C” – Evangelio de San Lucas 3, 2-3.10-18
13 de Diciembre de 2015 –Tercer Domingo de Adviento - Ciclo Dominical “C” – Evangelio de San Lucas 3, 2-3.10-18
¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén¡.(Sof 34, 14-18 El
tercer domingo de Adviento es el domingo de la Alegría, del Gozo, porque Dios
viene. Es el domingo de la esperanza y de la juventud. ¡Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir,
alégrense¡ (Flp 4, 4-7) y Pablo nos dice la razón esta Alegría: ¡El Señor está cerca¡ El Señor está cerca, el
Señor viene.
En
medio de las preguntas de nuestros tiempo, de los temores, esperanzas y
desesperanzas de nuestra sociedad, el Señor está cerca. En medio de las crisis
de todo tipo, económicas, políticas, climáticas y ecológicas. El Señor está
cerca. Y el profeta Sofonías, en
medio de las crisis y tensiones de su tiempo, avisa a la ciudad, avisa a Jerusalén: ¡No temas, Sión
que no desfallezcan tus manos¡ ¡ El Señor, tu Dios, está en medio de ti¡ Dios
no está lejos; Dios no se oculta; Dios no se esconde; Dios no se mimetiza ni se
disuelve en otras realidades, sueños o pesadillas: Dios no está lejos.
Y
¿Qué hacemos entonces? Le damos una nueva oportunidad a Dios. Intentamos volver
a creerle, a intentar barruntar lo que dice y a intentar escucharle y
entenderle. La
gente le preguntaba: "¿Qué debemos hacer?" Quien hace esa
pregunta ya se ha encontrado con el Señor y ha reconocido su misericordia. "¿Qué
debemos hacer?". La gente, el pueblo, los publicanos, unos
soldados,… todos preguntan, con el más sincero deseo de cambiar de iniciar una
nueva vida, cuál es el camino para encontrase con uno mismo y con Dios. Gente
muy diferente en sus intereses, en sus estilos de vida, en sus inquietudes. La
gente sencilla de la muchedumbre; los publicanos que eran así llamados y
condenados por sus pecados públicos, según los judíos; los soldados, por
supuesto, legionarios romanos, con sus capas
rojas para que la sangre no se notara tanto; el pueblo, el pueblo del
país, la gente sencilla del campo,… todos, sorprendentemente atentos al Maestro,
y todos de acuerdo, preguntan: "¿Qué
debemos hacer?". Esto es la conversión.
Esto
es la conversión y para cada uno de ellos y para cada uno de nosotros, la
conversión de adviento es una tarea diferente. Para la gente sencilla del pueblo, vivir su fe en lo que
cada día es tu tarea, trabajo, desafío de sobrevivencia, con su familia, sus
campos y sus trabajos. Para los publicanos: un verdadero cambio de sus faltas y
pecados. Como también el cambio de aquellos que los han etiquetado de
pecadores, sin mirar la viga en el ojo propio. Para los soldados la justicia y
el uso de la fuerza con la responsabilidad que la propia sociedad les ha
encomendado. Para los que tienen dos túnicas,
celebrar una navidad solidaria.
En
la alegría de la fe en este domingo lo que se juga es nuestro bautismo y la
coherencia de nuestras actitudes con él. Esta es la Buna Noticia que Juan, El
Bautista, anuncia.
¡Alégrense
siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense¡ ¡El Señor está cerca¡ La
alegría que da la fe, que nos anuncia el adviento, con la vela rosada, que hoy
encendemos. ¡Vivan la alegría del adviento¡ ¡El señor viene¡. Saludos.

