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18 sept 2016

MINUTO DOMINICAL



“Fieles en la justicia”                                                                                                     
18 de Septiembre de 2016 
–25° Domingo   Ordinario      
  Ciclo Dominical  “C”
–  San Lucas  16, 1-13                                  

Este es un domingo especial en Chile desde donde escribo el comentario del Evangelio y por ello he colocando la bandera. Un 18 de septiembre de 1810 la junta nombrada en nombre del rey declara la independencia del país. Estos 206 años como país, con la bandera teniendo como fondo el Estrecho de Magallanes, nos hace especialmente sensibles a los textos de la liturgia en este domingo.
La gran parábola o comparación de este domingo es el administrador, que es calificado como injusto, y en algunos versículos, benévolamente considerado como astuto y hábil, hasta ser felicitado por su señor. El Administrador es quien tiene en sus manos, a su cargo, bajo su responsabilidad, una tarea, una institución, un grupo humano. Administrador es al padre de familia; administrador es el encargado de un taller, de una empresa, de un campo; administrador es un ministro de estado, un senador o un diputado; administrador es la presidenta de la república. Administrador es un coordinador de una comunidad, un párroco, un obispo o un vicario. Administrador es un maestro, un entrenador deportivo o un instructor. Administrador es usted y soy yo, administradores de nuestras vidas e historias.
El administrador tiene como rasgo la justicia, la ecuanimidad, la lealtad y la trasparencia. Al administrador del evangelio se le está pidiendo su renuncia: ¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración porque ya no ocuparás más ese puesto. Es claro que su gestión, su administración, ha sido ineficiente y carente de ética y se le pide la dimisión. Pero el colmo de su actuación y donde mejor muestra su fondo ético vital es lo que hace a continuación que sería un delito de cohecho: llamó uno por uno a los deudores de su señor y pregunto al primero: “¿Cuánto debes a mi señor?” “Veinte barriles de aceite” El administrador le dijo: “Toma tu recibo, siéntate enseguida y anota diez”. La trampa a su favor con dineros ajenos se nos hace familiar en el Chile y en la sociedad de hoy. A costa de los bienes comunes se saca ventaja individual  para personas privadas de los recursos nacionales. No obstante Lucas saca una doble consecuencia espiritual y material. Los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz. Es decir, hay que ser igualmente creativos y astutos para las cosas de Dios de lo que son los hijos de  este mundo para sus negocios, Pero a la vez hace una interpretación material: El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho… Y si no son fieles en lo ajeno ¿Quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?.. No se puede servir a Dios y al Dinero.  El uso justo o injusto del dinero, de los bines materiales, nos hace fieles a  Dios o  adoradores sumisos del dios del dinero.
El profeta Amós, profeta de la justicia social, encuadra esta relación con los bienes y el dinero en el contexto de todo un país y de los grupos humanos que comparten una tierra, un hábitat. Servir a Dios, es saber administrar el dinero, ser justos, compartir los bienes comunes y hacer de una tierra una patria para todos, una casa común, en la que todos habiten en comunión y sin carencias que excluyan o posterguen a algunos de ellos . A ustedes me dirijo, explotadores del pobre, que quisieran hacer desaparecer a los humildes. Ahí están sus palabras: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender nuestro trigo? Que pase el sábado, para que abramos nuestras bodegas, pues nos irá tan bien que venderemos hasta el desecho. Vamos a reducir la medida, aumentar los precios y falsear las balanzas.» Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable tan sólo por algún dinero o por un par de sandalias. (Am  8, 4-6)
Hay que ser fieles en lo poco, fieles en lo mucho… files en la justicia.  En todo el país; en las relaciones de la autoridades, legisladores, servidores públicos,  la más altas autoridades del país. ¡Seamos fieles en la justicia¡    

                                                     P. Esteban Merino Gómez, sdb.