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29 dic 2016

“Jesucristo-Emmanuel”     
                                                                                                                          
  18 de Diciembre de 2016 – Domingo 4° de Adviento                     Ciclo “A” –  San Mateo  1, 18-24




La anunciación en San Mateo, evangelio que hoy día proclamamos, no es dirigida a María sino a José, que habiendo conocido el embarazo de María, se pregunta cómo es posible esto y cómo podrá ser su esposa. Esto sucede en el entretiempo que va desde los esponsales, o compromiso de las familias para el matrimonio y el inicio de la vida matrimonial de la pareja que se iniciaba con la procesión de traslado de la novia a la casa del esposo acompañada de sus amigas, con cantos y fiesta. Este segundo momento no se había realizado entre María y José: María,… estaba comprometida con  José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió por obra del Espíritu Santo. Esta situación es la que motiva la reflexión y la decisión que José estaba a punto de tomar: José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Decisión muy humana y que estaba apoya por la ley de esos tiempos. Pero es en este momento en el que se muestra la voluntad y la propuesta de Dios y sus planes de  salvación, que José desconocía.
Va  a venir el Emmanuel, el Dios con nosotros; Jesucristo, Dios salva, pero para José, que como todo judío espera la venida del Mesías, es algo desconocido y jamás habría pasado por su mente que Dios cumpliera su promesa con su prometida, su futura esposa,  y estuviese construyendo la casa y la cuna del Mesías. Pero José, que era un hombre justo,palabras que lo definen, en su concretez y precisión. Hombre justo: el justo delante de Dios es aquél que camina en la Alianza con Dios, sabe levantar sus ojos para orar y buscar la voluntad de Señor y sabe vivir una buena relación de fraternidad, de comunidad, de cercanía con su pueblo, con  su aldea, porque junto con ellos quiere ser fiel a Dios y vivir la virtudes de la Alianza la justicia y la bondad. Esta justicia y bondad le ayuda discernir qué hacer su esposa María al no comprender lo que está sucediendo con ella.
Pero Dios actúa y se revela dándole a conocer que está involucrado en algo grande, en algo de Dios y en su plan de hacerse uno de nosotros, humanamente descendiente de  David  e Hijo de Dios. Lo transcendente de esta revelación es clarificado con sus nombres, con los nombres del nuevo niño prometido, nombres que dan a entender la misión de su vida y la razón de su existencia: Emmanuel, Dios con nosotros, Jesucristo: Dios salva. La esperanza de Israel se está haciendo realidad. Dios se ha acordado de su pueblo.
Emmanuel, Dios con nosotros, Jesucristo: Dios salva. La misión del que viene está delineada por sus nombres. Dios ya no estará lejano. Dios no nos mirará desde lejos o desde arriba. Dios asume todo lo humano y en su cercanía será uno de nosotros, de la descendencia de David, en la línea de José y María. Dios Hombre y Hombre Dios. Y su misión es la esperada para el Mesías desde todos los  tiempos. Librará a su pueblo  de todos los pecados, librará  a su pueblo de la esclavitud, de sus pecados, como Yavhé, había  hecho en Egipto liberándolos de su opresión. Dios que Salva.
Esto es lo que celebramos el nacimiento de Dios que nos salva haciéndose uno de nosotros.  Dios Emmanuel-Jesucristo. No se equivoque. Esto es la Navidad. No otra cosa. Saludos.

                                                                P. Esteban Merino Gómez, sdb.