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29 dic 2016

“Noche de Paz”     
                                                                                                                          
  24-25 de Diciembre de 2016 – NATIVIDAD DEL SEÑOR - Ciclo “A” –  San Lucas 2, 1-14; San Juan  1, 1-18


La Noche Buena y la Navidad tienen muchas expresiones, tantas como experiencias personales, de fe, familiares y culturales. El canto que más entonamos en este día es Noche de Paz. 
La paz, y la luz para saber valorarla, es el gran llamado del Profeta Isaías en esta vigilia: El pueblo que caminaba en la noche divisó una luz grande; habitaban el oscuro país de la muerte, pero fueron iluminados. Los zapatos que hacían retumbar la tierra y los mantos manchados de sangre van a ser quemados: el fuego los devorará. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: «Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz. Paz a los hermano de Siria, de Alepo. A quienes quien celebrar la paz y la Navidad en lejanos países. Paz a todos y cada uno de nosotros. Paz a nuestros vecinos. Paz en nuestra comunidad. Paz en nuestra casa. Noche de Paz.
            Noche de paz: Que la gracia del Dios con Nosotros, Emmanuel que nace. La gracia de Dios,.. nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir con sobriedad, justicia y piedad. Para vivir la capacidad de dar y pedir perdón, rechazar toda injusticia, venganza y vivir el derecho y la justicia. De la cárcel a la ciudad. Noche de paz.
            Noche de paz: Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria. Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David. … Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. Noche de paz para todos los migrantes, que como María y José dejaron sus tierras y emprendieron un nuevo camino. Noche de paz para los hermanos haitianos que trabajan en los campos de Linares,  como Wilner, Nikenson, Paul o Mesac. Noche de paz con un pesebre de acogida en cada una de muestras casas.
            Noche de paz. ¡Qué hermosos son sobre los montes, los pasos del que trae la buena noticia, que anuncia la paz, que trae la felicidad, que anuncia la salvación, y que dice a Sión: «¡Ya reina tu Dios!» Griten de alegría, ruinas de Jerusalén, porque Dios se ha compadecido de su pueblo y ha rescatado a Jerusalén. Tiempo de alegría. De la alegría del Evangelio. De la Buena Nueva porque Dios se ha hecho cercano, uno de nosotros, Dios con nosotros, cercano, nuestro, terrestre y divino; niño y Dios. Noche de paz.
            Noche de paz. Porque nos ha hablado de forma definitiva por medio de su Hijo. En diversas ocasiones y bajo diferentes formas Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas, hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo, ya que por él dispuso las edades del mundo. Se ha hecho Palabra y se ha hecho oídos, oídos del Padre la Misericordia, para comunicarse y comunicarnos el corazón del Padre, para enseñarnos  a hablar, a hablarnos, a escucharnos, a realizar la lectio divina, la escucha de la palabra, desde sus labios, y a lectio vitae, la lectura de la vida, de los prójimos, de las realidades y situaciones que vivimos, e iluminarlas con su Palabra, voz de Misericordia del Padre. Noche de paz.
            Noche de paz. Porque la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y ahora, con todos los hombres y mujeres de nuestra historia tenemos el desafío de hacer de nuestro tiempo, un tiempo de paz, en la justicia, en el perdón, donde todos los pueblos, razas, culturas, visiones religiosas, creemos un nuevo mundo de relaciones, con la naturaleza, entre los pueblos, en las familias, entre las personas, con nosotros mismos y con Dios. Noche de paz. Quien la da la Paz, la recibe. Quien la ofrece puede pedirla. Quien la construye la goza. ¡Feliz navidad¡
                                                                                              
                                       P. Esteban Merino Gómez, sdb.