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5 abr 2009

MINUTO DOMINICAL


“Potente señal.. …para el discípulo”
05 de Abril de 2009: Ciclo Anual “B” – Domingo de Ramos de la Pasión del Señor.
Evangelio de San Marcos 11, 1-10 (San Juan 12, 12-16).
Evangelio de la Bendición de los Ramos.

‘Es una potente señal que nos da.. …el gobierno, un político, una autoridad’. Escuchamos con frecuencia en nuestro ambiente este lenguaje que refleja la idea de ofrecer ‘señales potentes’, ‘signos poderosos’, señales inequívocas’, que dejarían diáfana y clara, una idea, un proyecto, la opinión sobre un tema o la propuesta que está en discusión. Como el Evangelio de Jesús, no son meras palabras, y sobre todo, no son palabra vacías, son “hechos y dichos” (San Lucas Hech 1,1), primero hechos, actuaciones,… ..este domingo, con nombre propio de la Entrada de Jesús en Jerusalén, es una potente señal del significado de de su vida y de su misión, que es claramente interpretada por los ciudadanos de Jerusalén, que conocen bien las referencias que Jesús está insinuando y que causa su molestia y sus reclamos.

La esperanza de Israel en el Rey mesiánico está implícita en los signos que están viendo los judíos y que se nos describen en este relato, y que pertenecen a la tradición de Israel: la descendencia de David; rey ideal por su virtudes y actuación; rey que es ‘Yahvé que viene’ (Sof 3, 14-17); rey humilde; Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David. Ciudad de Sión, mira, tu Rey viene montado en un burrito (Jn 12, 15); signos que hacen referencia a la entronización de tradición davídica. Y así lo entienden los judíos que se ponen nervios por lo que ven: Algunos fariseos, que estaban entre la gente, le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos” “Les digo que si éstos callan gritarán las piedras” (Lc 19, 39). Tal vez era porque tener un rey significaba rechazar el imperio de Roma y traerá destrucción de la autonomía parcial de que gozan, o porque como Salomón entra en Jerusalén montado en un burro propiedad del rey David,… y todos gritan …Bendito sea el Señor el Dios de Israel (1 Re 1, 44.48), están viendo un rey aclamado y entronizado. ¿En qué consiste esta potente señal? ¿Quería ser Jesús un rey como David o Salomón, cuyas entronizaciones s ven reflejadas en la entrada de Jesús a Jerusalén? ¿Está pensando seriamente en ser rey de Israel, teniendo en cuenta lo que ha sido su vida y su mensaje, consciente de su inminente y dramática pasión y muerte, que no le impiden ir a Jerusalén en esa Pascua? No. Ese rey en el que está pensando la muchedumbre y que asusta a los fariseos, no está en la mente de Jesús; sería una contradicción, con toda su biografía, sus hechos, su proclamación del Reino, las Bienaventuranzas, lo que hecho y el modo como ha vivido.

¡Potente señal para el discípulo¡ No es cálculo político. No se niega a los gestos y aclamaciones de la asamblea ciudadana aunque es consciente de las resonancias bíblicas de su Señorío, ni se oculta por las posibles consecuencias políticas frente a los romanos, vuelve a afirmarlo ante Pilatos y se convertirá en causal de juicio ante Roma, apareciendo escrito en la cruz como causal de condena.

Pero no es y no quiere ser rey en ese modelo o paradigma de reinado. La señal potente se clarifica en su vida, en el inminente final de su vida. El sentir y corazón de este Rey se identifica, en sus palabras y en su vida con el Servidor,… con una lengua de discípulo, para reconfortar al fatigado con una palabra de aliento, no para cobrarle impuestos reales; con un oído para escuchar a todo ser humano; un rostro para poner la cara, hacer frente a la injusticia, recibir los golpes destinados otros; una espalda para ayudar a llevar las cargas de los doblegados por sus pesos. Por eso, le invito a acompañarlo en esta Semana Grande, porque Él, es la ¡potente señal para el discípulo¡; ser rey en otro paradigma, desde otra óptica y con otros ejes o políticas de acción: palabra para confortar; oído para la escucha; hombros para las cargas de los otros; rostro para poner la cara por el pobre y el que sufre. Una potente señal,.. un camino para ser discípulo. ¡Buena Semana Grande de discípulo¡

P. Esteban Merino Gómez, sdb.