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24 abr 2009

MINUTO DOMINICAL


“¡ Schalom aleichem ¡ ” “¡ La paz sea contigo ¡”

18 de Abril de 2009: Ciclo Anual “B”
Fiesta de Cuasimodo – Fiesta de la Divina misericordia
Evangelio de San Juan 20, 19-31

¡Schalom aleichem¡ ¡La paz esté con ustedes¡ ¡SCHALOM¡. El saludo suena lleno de vida y esperanza, repetido tres veces en el evangelio dominical que hoy proclamamos. Ha pasado una semana del primer encuentro con Jesús resucitado con sus seguidores: el primer día de la Semana (Jn 20, 1), el Domingo, el que los discípulos de Jesús llamaremos para siempre en la historia ‘Día del Señor’, y que la Iglesia Ortodoxa Rusa pondrá el significativo nombre de ‘resurrección’. Al atardecer del mismo día (Domingo) (Jn 20, 19), Jesús se hace presente en su reunión y saluda: ¡SCHALOM¡ Tomás no se encentra en la casa, volverá a visitarlos con un especial mensaje para él. Ocho días después (Domingo).. …se presentó Jesús: ¡SCHALOM¡ (Jn 20, 26-27). Decir ¡SCHALOM¡, ¡Schalom aleichem¡ ¡La paz esté con ustedes¡ es desear la plenitud de la vida, del bienestar, de liberación de toda opresión, de concordia, de estar perfecto, de buenas relaciones con Dios, de buenas relaciones humanas, de vida buena, plena, digna. Se desea en la bendición aarónica: ¡Que el Señor te muestre su rostro y te conceda la paz¡ (Num 6,26). Tener esta PAZ, dar esta PAZ, es comunicar y compartir toda la riqueza de la Resurrección de Cristo que es vida buena, plenitud, salud, bendición, liberación, presencia del Reino ya cumplida, bienestar, prosperidad, vida perfecta, buena relación entre personas, familias, pueblos.

¡SCHALOM¡ María Magdalena, pecadora arrepentida, fiel discípula de Jesús. El Shalom es para ti perdón, consuelo, lágrimas y gozo del encuentro; resurrección e inicio de camino nuevo. ¡SCHALOM¡ Pedro, que pierdes la carrera hacia la tumba de Jesús; que seguro temes que se acuerde de tu ausencia al lado de la cruz y de cómo, calentándote las manos al fuego, repetidamente lo negaste. ¡Pero Él ya ha olvidado¡. ¡SCHALOM¡ Juan, amigo fiel, entrañable y cercano a Jesús. En las duras y en las maduras, ratificando tu discipulado con el martirio.
¡SCHALOM¡ María de Santiago, casi desconocida, mujer de tu casa y familia y discípula que está en el momento de cruz; Shalom para tu casa, tu familia; Shalom que llene tu vida y tus esperanzas. ¡SCHALOM¡ Tomás, buscador, científico moderno que quiere verificar, tocar, sentir, estar seguro, palpar el latir de la realidad y que no lo embauquen. Si no veo la marca de los calvos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y no coloco la mano en la herida d su costado, no lo creeré. Shalom para tu búsqueda descreía de Dios que exige seguridades y pruebas. ¡SCHALOM¡ a Los Doce, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas… Tomás era uno de los doce, que ya no son Doce los discípulos, Judas ya se ha ido. Shalom por sus miedos; Shalom por no acompañar a Judas en los momentos difíciles; Shalom porque escaparon del momento de la muerte y dejaron solos a Juan y a María la Madre del Maestro. Shalom y fuerza, paz, gracia, para sus miedos, temores, cobardías, que son los nuestros, los de tantos discípulos misioneros del bicentenario. ¡SCHALOM¡ Salomé, (Mc 16, 1) madrugadora, pronta para el servicio, dispuesta a llevar los consuelos póstumos del respeto a Jesús con una digna sepultura, que acompaña el sufrimiento humano de la partida de un ser querido, solidaria y esperanzada en la resurrección.
¡SCHALOM¡ para los enfermos en el Domingo de Qusimodo. Shalom y fuerza, paz, porque ustedes son los más cercanos de Cristo, el de la Cruz y el Resucitado. SCHALOM¡ para los Ministros Extraordinarios de la Comunión en su Renovación de Quasimodo. Shalom por su servicio a los Cristos postrados en el lecho. Por llevarles cada Domingo, Día el Señor, la Resurrección en el Pan Pascual del Resucitado. Shalom por superar sus miedos como los apóstoles, y acompañar el dolor de cada enfermo, y servir a la comunidad repartiendo el Pan de la vida, de la bendición, del Shalom del Resucitado.
¡SCHALOM¡ para todos jóvenes, para los niños, para su vida y plenitud en el Señor Jesús que los privilegia. ¡SCHALOM¡ para las Comunidades, con su experiencia de vida resucitada y bendición y paz de Jesús, en medio de nuestras mediocridades y, en ocasiones negaciones, de la vida y del Schalom de Jesús. ¡SCHALOM¡ para Ud. ¡Que el Resucitado llene su vida¡ ¡Schalom aleichem¡ ¡La paz esté con ustedes¡ Gracia y Paz.


P. Esteban Merino Gómez, sdb.