“Levanten la cabeza: viene su liberación”
29 de Noviembre de 2009. Primer Domingo de Adviento - Ciclo “C”
Evangelio de San Lucas 21, 25-36
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas;.. … los astros e conmoverán. ¿No era el evangelio del domingo pasado? ¿Lo están repitiendo? Parece el mismo relato del fin del mudo, de las catástrofes y de la caída de los astros, de los miedos ante la expectativa de lo que vendrá, y de las perspectivas del fin del mundo, del que tanto se habla en nuestros días. No, no es el mismo evangelio, aunque se nos presenta en el mismo contexto y lenguaje. En Jerusalén, en los últimos días de Jesús en la ciudad antes de su muerte. El gran discurso de cada evangelista sobre el Día del Señor. Pero cambiamos a San Lucas, que será nuestro guía este tiempo y el 2010. Es que hoy día iniciamos un nuevo Tiempo Litúrgico: Adviento, en el camino de preparación de la celebración de la Venida de Jesús y su Nacimiento como hombre en Belén. Por eso el tema de la Venida, de las Dos Venidas, la que recordamos de Belén, como Hombre y la que esperamos universal, en su Día, como Señor de la historia.
Preparando lo que viene: Adviento, Lucas divide la palabra que nos ofrece a la reflexión en dos aspectos: uno el cósmico, astral, simbólico, profético y apocalíptico, lenguaje que todos los evangelistas utilizan por su contexto e historia judía, de donde proviene esa forma de hablar; otro el pastoral, directo, sencillo, de buena nueva, cercano, dirigido a su comunidad, y que sintoniza más con nosotros como discípulos y comunidades. El Señor viene con su poder y gloria. Vino y viene. Yo cumpliré la promesa. En aquellos días, en aquel tiempo haré brotara para David un germen justo,.. ..practicará la justicia en el país. (primera lectura: Jer 33, 14-16). Su venida mira al pasado de la humildad de quien nació en un pesebre el Belén, descendente de David, y a la espera universal y definitiva de quien viene como Señor en el tiempo definitivo y en “su Día”. Vino y viene.
El segundo aspecto que nos propone, San Lucas, nos cuestiona y desafía a vivir este tiempo de Adviento que iniciamos: ¡tengan ánimo¡. Después de tantos signos apocalípticos y terroríficos; de los temores y de la angustia de los pueblos,.. ..desfallecimiento de los hombres,… ¡No tengan miedo¡ Es la hora de tomar nuestros miedos, de encarar nuestras angustias, de enfrentar nuestras violencias hechas o recibidas, de de enfrentar las olas que nos inundad y ahogan. ¡tengan ánimo¡ ¡El Señor viene¡
¡Levanten la cabeza¡ Si caminas inclinado, cansado, preocupado, con la cabeza baja, agotado, sin esperanza, vencido, olvidado, preocupado, enfermo, olvidado,.. ¡Levanta la cabeza¡ ¡El Señor viene¡ ¡Ponte de pie¡. Adviento es un camino hacia el que viene. Es salir al encuentro. Es levantarse: del miedo, de los excesos, de lo que aturde, de lo que embota, de expectativas erradas, de las trampas, … ¡Les llega la liberación¡ ¡Por fin seré libre¡ ¡Estén prevenidos y oren¡ ¡El Señor viene¡ Que venga. Que no me roben su venida y su presencia. Que no me roben la navidad. La Navidad es nuestra. Que no se la roben con músicas, regalos, endeudamiento, colores, moles, promesas, créditos, prisas, tarjetas, emails, ¡la Navidad es Nuestra¡ ¡Él Viene a nuestros encuentro¡ ¡Vamos a su encuentro¡ ¡Nos encontramos para encontrarlo¡
¿Qué lo atemoriza, a qué teme? ¡No tenga miedo¡ ¡Levante la cabeza¡ ¿Hacia dónde va su mirada: lo material, el espíritu, el corazón? ¡Llega su liberación¡: sin miedos, sin excesos, sin dejarse aturdir, sin angustias, sin rugidos ni estruendos, sin publicidad y en el silencio, sin ruido, en el corazón. ¡El Señor viene¡ ¡Buena Espera¡ ¡Buen Adviento¡.
Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb
29 de Noviembre de 2009. Primer Domingo de Adviento - Ciclo “C”
Evangelio de San Lucas 21, 25-36
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas;.. … los astros e conmoverán. ¿No era el evangelio del domingo pasado? ¿Lo están repitiendo? Parece el mismo relato del fin del mudo, de las catástrofes y de la caída de los astros, de los miedos ante la expectativa de lo que vendrá, y de las perspectivas del fin del mundo, del que tanto se habla en nuestros días. No, no es el mismo evangelio, aunque se nos presenta en el mismo contexto y lenguaje. En Jerusalén, en los últimos días de Jesús en la ciudad antes de su muerte. El gran discurso de cada evangelista sobre el Día del Señor. Pero cambiamos a San Lucas, que será nuestro guía este tiempo y el 2010. Es que hoy día iniciamos un nuevo Tiempo Litúrgico: Adviento, en el camino de preparación de la celebración de la Venida de Jesús y su Nacimiento como hombre en Belén. Por eso el tema de la Venida, de las Dos Venidas, la que recordamos de Belén, como Hombre y la que esperamos universal, en su Día, como Señor de la historia.
Preparando lo que viene: Adviento, Lucas divide la palabra que nos ofrece a la reflexión en dos aspectos: uno el cósmico, astral, simbólico, profético y apocalíptico, lenguaje que todos los evangelistas utilizan por su contexto e historia judía, de donde proviene esa forma de hablar; otro el pastoral, directo, sencillo, de buena nueva, cercano, dirigido a su comunidad, y que sintoniza más con nosotros como discípulos y comunidades. El Señor viene con su poder y gloria. Vino y viene. Yo cumpliré la promesa. En aquellos días, en aquel tiempo haré brotara para David un germen justo,.. ..practicará la justicia en el país. (primera lectura: Jer 33, 14-16). Su venida mira al pasado de la humildad de quien nació en un pesebre el Belén, descendente de David, y a la espera universal y definitiva de quien viene como Señor en el tiempo definitivo y en “su Día”. Vino y viene.
El segundo aspecto que nos propone, San Lucas, nos cuestiona y desafía a vivir este tiempo de Adviento que iniciamos: ¡tengan ánimo¡. Después de tantos signos apocalípticos y terroríficos; de los temores y de la angustia de los pueblos,.. ..desfallecimiento de los hombres,… ¡No tengan miedo¡ Es la hora de tomar nuestros miedos, de encarar nuestras angustias, de enfrentar nuestras violencias hechas o recibidas, de de enfrentar las olas que nos inundad y ahogan. ¡tengan ánimo¡ ¡El Señor viene¡
¡Levanten la cabeza¡ Si caminas inclinado, cansado, preocupado, con la cabeza baja, agotado, sin esperanza, vencido, olvidado, preocupado, enfermo, olvidado,.. ¡Levanta la cabeza¡ ¡El Señor viene¡ ¡Ponte de pie¡. Adviento es un camino hacia el que viene. Es salir al encuentro. Es levantarse: del miedo, de los excesos, de lo que aturde, de lo que embota, de expectativas erradas, de las trampas, … ¡Les llega la liberación¡ ¡Por fin seré libre¡ ¡Estén prevenidos y oren¡ ¡El Señor viene¡ Que venga. Que no me roben su venida y su presencia. Que no me roben la navidad. La Navidad es nuestra. Que no se la roben con músicas, regalos, endeudamiento, colores, moles, promesas, créditos, prisas, tarjetas, emails, ¡la Navidad es Nuestra¡ ¡Él Viene a nuestros encuentro¡ ¡Vamos a su encuentro¡ ¡Nos encontramos para encontrarlo¡
¿Qué lo atemoriza, a qué teme? ¡No tenga miedo¡ ¡Levante la cabeza¡ ¿Hacia dónde va su mirada: lo material, el espíritu, el corazón? ¡Llega su liberación¡: sin miedos, sin excesos, sin dejarse aturdir, sin angustias, sin rugidos ni estruendos, sin publicidad y en el silencio, sin ruido, en el corazón. ¡El Señor viene¡ ¡Buena Espera¡ ¡Buen Adviento¡.
Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb