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6 dic 2009

MINUTO DOMINICAL

En el año 15 de… : Fue dirigida la palabra de Dios a Juan ”

06 de diciembre de 2009. Segundo Domingo de Adviento - Ciclo “C”

Evangelio de San Lucas 3, 1-6

En el año 20 de la caída del Muro de Berlín; durante la crisis económica; a dos semanas de la Conferencia de Copenhague sobre el Cambio Climático; en el año de las elecciones presidenciales en Chile, en el primer año de Obama como primer presidente negro de Estados Unidos; en vísperas del Bicentenario; siendo Papa Benedicto XVI.. Dios dirigió su palabra Juan. Dios se hizo palabra. ¿Por qué querría Dios hablar Hoy? ¿Qué viene a decirnos Dios Hoy? Hoy en medio de la crisis financiera y económica, Hoy que recodamos un Muro de vergüenza que cayó hace 20 años. Hoy que escuchamos propuestas sociales y políticas de todos los candidatos presidenciales. Hoy que conquistamos la igualdad de razas con un presidente negro en una de las mayores potencias mundiales. Hoy que el cambio climático y la sequía nos hacen reflexionar sobre el uso y repartición de estos bienes indispensables. Hoy, en el año 15 del emperador Tiberio, en el año 20 de la caída del Muro: Dios habla; Dios quiere hablar a Juan. San Lucas no se olvida de nadie. Recoge los actores sociales de los cuatro puntos cardinales y la situación de esos reinos o gobernaturas: Filipo, Lisanias, Herodes, Tiberio,.. En ese tiempo, en ese cuadrante geográfico, en ese abatar concreto, Dios es palabra: Dios vine. Dios habla, y Lucas nos dice que tiene una Buena Noticia (kerusoo), para que nos sumerjamos en Él (bautismo) y comencemos de nuevo, con algún que otro cambio de rumbos (metanoia).

Y Juan, el de mi Comunidad Cristiana, sigue preguntándose: ¿Por qué querría Dios hablar Hoy? ¿Qué viene a decirnos Dios Hoy? Pues parece que es verdad que lo que dice no se oye y que es voz que grita en el desierto, como el Profeta Isaías. Pero Dios viene. Se acerca. Estamos en su Adviento. Y sigue hablando. Preparen los caminos. ¡Con las autopista de las comunicaciones¡ ¡Con la fibra de vidrio y el ancho de banda¡ ¡Que más caminos debemos preparar¡. Allanen senderos. Rellenen valles. Aplanen montañas y colinas. Enderecen senderos. Nivelen caminos disparejos, pues no ha llegado a toda persona la alegría de la Salvación de Dios. La exigencia, de su Adviento, de su llegada, de su Palabra, no es una exigencia en la que Él salga beneficiado o respondamos a una necesidad suya. Su exigencia es que a todos llegue la alegría de su salvación; que todos vean la salvación de Dios.

Y en el año 20 de la caída del Muro de Berlín; con crisis económica; preocupados por el Cambio Climático; en elecciones; en el año de Obama; en el Bicentenario; pensando en ‘una mesa para Chile’, la voz grita: ¡Preparen los caminos del Señor¡ Hay que allanar las diferencias entre las personas. Hay que abrir nuevas sendas para encontrase entre los pueblos. Hay que crear puentes y allanar colinas para que los bienes se repartan y la crisis no castigue a los más pobres. Hay que despejar caminos para que todas las razas puedan tener presidentes y dirigentes de la sociedad. Hay que enderezar sentencias para todos tengan justicia. Hay que aplanar calles para que todos tengan una ciudad más acogedora, segura y fraterna. Hay que convertirse, girar la mirada, para que la mujer y el niño, el excluido y el olvidado vuelvan a tener un camino para encontrar la fraternidad en su sociedad. Hay que anunciarlo para que haya un nuevo sumergirse en la propuesta del Maestro, Bautizarse de nuevo y enmendar rumbos, convertir injusticias y emparejar las vidas olvidadas para que tengan oportunidades y renazcan, como el

Señor que viene.

Preparar, allanar, emparejar, aplanar,… caminos, montes, colinas, senderos… para que pase el encuentro y las personas tengan Salvación. Y ¿Por qué querría Dios hablar Hoy?: porque todavía hay demasiados montes, colinas, caminos sinuosos… que separan, dividen y alejan. Y en el año 15, en el año nueve del nuevo milenio Dios me encarga gritar su palabra, preparar caminos, abrir sendas, para que todo hombre vea a Dios en su caminar. Saludos.

P. Esteban Merino Gómez, sdb