“En el año 15 de… : Fue dirigida la palabra de Dios a Juan ”
06 de diciembre de 2009. Segundo Domingo de Adviento - Ciclo “C”
Evangelio de San Lucas 3, 1-6
En el año 20 de la caída del Muro de Berlín; durante la crisis económica; a dos semanas de
Y Juan, el de mi Comunidad Cristiana, sigue preguntándose: ¿Por qué querría Dios hablar Hoy? ¿Qué viene a decirnos Dios Hoy? Pues parece que es verdad que lo que dice no se oye y que es voz que grita en el desierto, como el Profeta Isaías. Pero Dios viene. Se acerca. Estamos en su Adviento. Y sigue hablando. Preparen los caminos. ¡Con las autopista de las comunicaciones¡ ¡Con la fibra de vidrio y el ancho de banda¡ ¡Que más caminos debemos preparar¡. Allanen senderos. Rellenen valles. Aplanen montañas y colinas. Enderecen senderos. Nivelen caminos disparejos, pues no ha llegado a toda persona la alegría de
Y en el año 20 de la caída del Muro de Berlín; con crisis económica; preocupados por el Cambio Climático; en elecciones; en el año de Obama; en el Bicentenario; pensando en ‘una mesa para Chile’, la voz grita: ¡Preparen los caminos del Señor¡ Hay que allanar las diferencias entre las personas. Hay que abrir nuevas sendas para encontrase entre los pueblos. Hay que crear puentes y allanar colinas para que los bienes se repartan y la crisis no castigue a los más pobres. Hay que despejar caminos para que todas las razas puedan tener presidentes y dirigentes de la sociedad. Hay que enderezar sentencias para todos tengan justicia. Hay que aplanar calles para que todos tengan una ciudad más acogedora, segura y fraterna. Hay que convertirse, girar la mirada, para que la mujer y el niño, el excluido y el olvidado vuelvan a tener un camino para encontrar la fraternidad en su sociedad. Hay que anunciarlo para que haya un nuevo sumergirse en la propuesta del Maestro, Bautizarse de nuevo y enmendar rumbos, convertir injusticias y emparejar las vidas olvidadas para que tengan oportunidades y renazcan, como el
Señor que viene.
Preparar, allanar, emparejar, aplanar,… caminos, montes, colinas, senderos… para que pase el encuentro y las personas tengan Salvación. Y ¿Por qué querría Dios hablar Hoy?: porque todavía hay demasiados montes, colinas, caminos sinuosos… que separan, dividen y alejan. Y en el año 15, en el año nueve del nuevo milenio Dios me encarga gritar su palabra, preparar caminos, abrir sendas, para que todo hombre vea a Dios en su caminar. Saludos.