“¿Qué hay que hacer para ser discípulo?
Evangelio de San Marcos 10, 17-30
La conversación con el Maestro sobre la vida de pareja, los niños y la vida de familia nos interesó profundamente y le hicimos muchas preguntas clarificando nuestras experiencias y nuestros cuestionamientos.
En el camino se nos iban agregando personas que escuchaban al Maestro y que conversaban con él o le hacían preguntas. ..Un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?" ¿Qué hay que hacer para ser tu discípulo? Eso nos lo preguntamos nosotros cada día personalmente en nuestras comunidades. ¿Qué hay que hacer para ser discípulo? Yo creo que muchos de nosotros ya lo sabemos, como el joven que le preguntó al Maestro. Hemos venido escuchándolo, la mayoría, en nuestras familias, en la comunidad, en los grupos de formación y catequesis. Algunas veces lo repreguntamos para ver si alguien nos da una receta más fácil, o que nos parezca más creativa o más espontánea. Jesús responde con lo que todos sabían de memoria: Ya conoces los mandamientos. Ya conoces la Buena Nueva del evangelio de Jesús. Hay que empeñarse y vivirla. Y el Maestro le hace un pequeño recuento de los mandamientos, aunque no le cita los diez. No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre. Ni siquiera le recuerda los tres primeros pues considera que un fiel judío no se olvida de Dios, de bendecir su nombre y de respetar su día.
¿Qué hay que hacer para ser discípulo? Lo básico, lo fundamental, es una actitud de una vida en la que la visión y propuesta del maestro esté presente, y que debe llevar a un cambio de actitudes concretas en todas las relaciones y compromisos cotidianos: la fidelidad de pareja, el respeto de los demás en sus bienes, la verdad, la justicia, el respeto a los padres y a los hijos,.. Una vida sencilla,.. pero diferente en mis relaciones con todas las personas,… porque soy, porque quiero ser, discípulo de Jesús. La respuesta de este hombre nos asombra: "Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven." ¡Qué bien¡. ¡Sigue¡ ¡No te des por satisfecho¡ Y el Maestro le hace otra propuesta más radical: "Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: "Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme." ¡Sígueme¡. Pero esto ya no estaba en sus cálculos y al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste.
La pequeña comparación, exagerada, hiperbólica, casi imposible,… del camello y la aguja nos coloca en la profunda contradicción que el Maestro quiere hacernos notar. "¡Qué difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas!" ¡Qué difícil¡ ¿Qué hay que hacer para ser discípulo?. Hasta Pedro, Santiago, Juan y los otros están preocupados. ¿Esto es lo que hay hacer para ser discípulo? ¡Es muy difícil¡. "Entonces, ¿quién podrá salvarse?" Nosotros mismos estamos dudando de ser capaces de seguir el camino, decía Pedro, "Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.". ¡Si es necesario dejarlo todo habrá que hacerlo¡. El Maestro nos ratificó en nuestro camino: Ninguno que haya dejado algo… por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida … ..y en el mundo venidero la vida eterna. ¿Qué hay que hacer para ser discípulo?. En primer lugar encontrarse con Él y preguntarle que debemos dejar cada uno, cada una, para seguirlo y luego ponerse en camino, con su ayuda, para lograrlo. Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb. .