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23 jul 2016

MINUTO DOMINICAL

“¡Señor, enséñanos…a orar¡”                                                                                                                                 
 24 de julio de 2016 – 
                    Domingo Ordinario                                                                             
Ciclo Dominical “C” –  San Lucas  11, 1-13

Un día Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar”  El Maestro se apartaba con frecuencia a conversar, a comunicarse con el Padre. Orar es un contacto, una relación de cercanía, de confianza, de escucha y repuesta a Dios, al Señor. “Señor, enséñanos a orar”, enséñanos a hacer silencio, a escuchar,  a hacer una pausa en nuestro día, a darnos un tiempo.

Enséñanos a mirarnos en el interior de nuestra vida, a mirarte a Ti en nuestra conciencia, a mirar el dolor ajeno, a darte la palabra en nuestra vida, a escuchar tu voz, a aprender a orar en ciertos momentos escuchando la Palabra del Señor.  Enséñanos a dar gracias,  a orar al Padre: No hay otro camino de oración cristiana que Cristo. Sea comunitaria o individual, vocal o interior, nuestra oración no tiene acceso al Padre más que si oramos “en el Nombre” de Jesús. Jesús es, pues, el camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre. Enséñanos a orar a Jesús: La oración de la Iglesia, alimentada por la palabra de Dios y por la celebración de la liturgia, nos enseña a orar al Señor Jesús. 

Enséñanos a orar con palabras y con el silencio, a orar con el silencio interior. A orar al Espíritu Santo: cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia nos atrae al camino de la oración. La forma tradicional para pedir el Espíritu es invocar al Padre por medio de Cristo nuestro Señor para que nos dé el Espíritu Consolador.

Enséñanos a orar con María: María es la orante perfecta, figura de la Iglesia. En virtud de su cooperación singular con la acción del Espíritu Santo, la Iglesia ora también en comunión con la Virgen María para ensalzar con ella las maravillas que Dios ha realizado en ella y para confiarle súplicas y alabanzas.

Enséñanos a pedir por los demás,  a pedir perdón, a orar con los hermanos, a orar por los hermanos, a orar entre hermanos, a orar con las palabras: La oración vocal es un elemento indispensable de la vida cristiana. La oración vocal es la oración por excelencia de las multitudes por ser exterior y tan plenamente humana. Enséñanos a orar en familia: La familia cristiana es el primer lugar de la educación en la oración. A orar en comunidad, A orar meditando: la meditación es, sobre todo, una búsqueda. Meditar lo que se lee conduce a apropiárselo confrontándolo consigo mismo.

Enséñanos a orar en el templo: Los lugares más favorables para la oración son nuestra habitación o casa, o sala familiar, los monasterios, los santuarios de peregrinación y, sobretodo, el templo que es el lugar propio de la oración litúrgica para la comunidad parroquial y el lugar privilegiado de la adoración eucarística. Enséñanos a orar en la casa

Enséñanos a orar con la Oración del Señor, el Padre Nuestro, la Oración del Maestro. La Oración bíblica por excelencia. A orar despacio, pensando en cada una de sus palabras al pronunciarla. A  orar en la Eucaristía. A reconocer nuestro pecado en humilde petición, a pedir perdón, a llamarte Padre, a llamarte Padre Nuestro salimos del individualismo;  a ser humildes para orar, a orar desde el corazón.

Enséñanos a orar por otros. La oración  de mediación como Abraham. A orar como Jesús: Un día Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar”  ¿No es acaso, al contemplar a su Maestro en oración, cuando el discípulo de Cristo desea orar? Entonces, puede aprender del Maestro de oración. Contemplando y escuchando al Hijo, los hijos aprenden a orar al Padre. Padre, santificado sea tu nombre..  Amén. Saludos.

P. Esteban Merino Gómez, sdb.